Un
grupo de investigadores de la Universidad de Cambrige ha creado un
novedoso sistema llamado ‘EmotionSense’ donde a través de un software de
reconocimiento de voz y
sensores de los teléfonos inteligentes evalúa hasta qué punto las
emociones de las personas se pueden ver influidas por factores como el
entorno, la hora del día, o sus relaciones con las demás personas.
Y es que los teléfonos móviles representan una plataforma de
computación ideal para monitorear el comportamiento y el movimiento, ya
que forman parte de la vida cotidiana de miles de millones de seres
humanos. Un posible uso de estas tecnologías es el apoyo a la
experimentación con la sociología que implica el estudio de la vida
cotidiana de las personas y las interacciones.
EmotionSense
utiliza los dispositivos de grabación que ya existen en muchos de los
teléfonos móviles existentes en el mercado para analizar las muestras de
audio de la lengua del usuario. Éstas se comparan con una biblioteca de
expresión (conocida como la prosodia del habla emocional y la
Biblioteca transcripciones) que es ampliamente utilizada en la
investigación sobre el procesamiento del habla.
La biblioteca se compone de actores de lectura con una serie de fechas y
números en los tonos que representan catorce categorías emocionales
diferentes. A partir de aquí, las muestras se agrupan en cinco
categorías más amplias como ‘Feliz’ (con emociones como la euforia, o el
interés), ‘Tristeza’,’ ‘Miedo’, ‘Ira’ (que incluye emociones como la
repugnancia) y las emociones ‘Neutrales’ (como el aburrimiento o la
pasividad). Los datos pueden ser comparados con cualquier otra
información que también sea recogida por el teléfono. Una vez
incorporados estos datos en el software del GPS, los investigadores
pueden llevar a cabo una referencia cruzada de las muestras de audio con
la ubicación del usuario, utilizando tecnología Bluetooth para
identificar con quiénes están los usuarios y el teléfono puede también
grabar los datos acerca de quién estaba hablando y en qué momento se
llevó a cabo la conversación.
Los primeros resultados de la investigación demuestran que la tecnología podría proporcionar a los psicólogos, con una visión mucho más profunda de cómo los altos y bajos emocionales de las personas (como los períodos de la felicidad, la ira o el estrés) están relacionados con el lugar en el que están, lo que están haciendo o con quién están.
Hoy
en día todo el mundo tiene un teléfono móvil, por lo que potencialmente
es una herramienta perfecta si se desea realizar un seguimiento del
comportamiento o estado emocional de un gran número de personas. Lo que
se está tratando, pues, de producir, es un medio que no resulte
intrusivo y logre respetar también la privacidad. Con el tiempo, podría
tener un enorme impacto en la manera en que se estudia el comportamiento
humano y psicólogos darían una visión más profunda del comportamiento.
El software también está configurado para que el análisis se lleve a
cabo en el propio teléfono. Esto significa que los datos no tienen por
qué ser transmitidos a otros lugares y pueden ser descartados después de
un análisis para mantener la privacidad del usuario.
El
equipo de investigación ya ha probado la eficacia del sistema con un
grupo de dieciocho voluntarios. Para ello, cada sujeto recibió una
modificación del navegador de Nokia 6210 durante un período de diez
días. También se les pidió que llevaran un diario en el que grabaron su
estado emocional de acuerdo con un conjunto estándar de preguntas ya
utilizadas por los psicólogos sociales y del comportamiento, a modo de
encuesta. Los resultados mostraron que en alrededor del 70 por ciento de
los casos coincidía el análisis emocional que ofrecía el sistema de
teléfono con los resultados de la encuesta, lo que les demostró que con
la nueva modificación de este tipo de tecnología de telefonía móvil
podría convertirse en un medio muy preciso de seguimiento de los
factores que influyen en las emociones de las personas.
Este
estudio piloto también arrojó algunas sugerencias interesantes sobre
cómo las circunstancias pueden afectar a nuestro estado emocional. La
ubicación tuvo un efecto pronunciado en el estado de la mente de los
usuarios. En la categoría ‘Feliz’ los datos se pronunciaban cuando se
encontraban en zonas residenciales (en concreto el 45 por ciento de
todas las emociones registradas), pero en los lugares de trabajo los
datos de la categoría ‘Triste’ eran muy pronunciados (54 por ciento de
los casos). Los investigadores también descubrieron que los usuarios
muestran unas emociones más intensas por la tarde que por la mañana y
que las personas tienden a expresar mucho más sus emociones en grupos
pequeños que en las grandes multitudes.
Ahora
se está llevando a cabo una nueva fase en la investigación y están
trabajando para perfeccionar todavía más el sistema, mejorando las
clasificaciones de las emociones y su respuesta al ruido de fondo.
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